Juventud y experiencia, artesanía y tecnología, modernidad y tradición, es la alquimia mágica que da forma a la Denominación de origen Montsant. Es precisamente ese macizo montañoso que llega a alcanzar los 1.166 metros de altitud el que le da nombre y la cobija como un enorme gigante benefactor. La zona vinícola de Montsant, situada en la parte central de la provincia de Tarragona, envuelve casi por completo a otra importante zona vinícola, la denominación de origen Priorato. Aunque los viñedos están situados en el valle del Falset, se trata de un territorio montañoso, su orografía es pues escarpada, abarcando altitudes que van de los 200 a los 700 metros. Cuyos suelos, en su mayoría de descomposición granítica y en otros casos de origen pizarroso paleozoico, son pobres en calizas y de reacción ligeramente ácida. El clima mediterráneo con matices claros de continentalidad, ya que los inviernos son fríos, la temperatura media se sitúa entorno a los 15ºC, con una pluviometría media anual de unos 650 mm. y una elevada luminosidad. Asimismo los viñedos reciben la influencia de la garbinada, viento húmedo que modifican las características de un clima seco. La Denominación de Origen Montsant fue formalizada como tal en agosto de 2001 y ratificado su reglamento por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en julio de 2002. Hasta entonces formaba parte de la Denominación de Origen Tarragona como subzona Falset, es por ello que todos los vinos elaborados con la vendimia anterior al año 2000 aún deberán llevar en sus etiquetas la Denominación de origen Tarragona-Falset. Esta joven pero a la vez experimentada denominación de origen, recibe el nombre del monte más emblemático de la zona, Montsant, perteneciente a la Cordillera Prelitoral Catalana y comprende una superficie de 1.800 hectáreas de viñedo inscritas, distribuidas en tres subzonas: Alt Priorat, Baix Priorat y Ribera d'Ebre, pertenecientes a los municipios de La Bisbal de Falset, Cabaces, Capçanes, Cornudella de Montsant, La Figuera, Els Guiamets, Marçà, Margalef, El Masroig, Pradell, La Torre de Fontaubella, Ulldemolins, Falset, García, El Molar, Mora la Nova, d'armós y la Serra d'Alamos. Las variedades de uvas permitidas por el consejo regulador son en blancas; Chardonnay, Garnacha blanca, Moscatel, Pansal y Parellada. En tintas; predominan la Mazuela (Samsó) y la Garnacha tinta, siendo las otras variedades la Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Garnacha peluda, Merlot, Monastrell, Picapoll negro y la Syrah. Con unas cepas de escasa productividad se obtienen unos vinos de excelentes calidades. Siendo los más característicos los tintos, elaborados a partir de las castizas garnacha y mazuela, son caldos muy concentrados, de elevado color, con mucho cuerpo y graduación alcohólica y sobre todo una exquisita carnosidad, muy aptos para la crianza. Muchas de estas cualidades también se obtienen en los tintos en cuya elaboración participan otras variedades de uvas. También se están produciendo vinos blancos bien concentrados elaborados a partir de la garnacha blanca, son vinos grasos y con carácter mediterráneo. Es de destacar también la nueva generación de tintos dulces naturales de las viejas viñas de garnacha tinta, en los que se deja notar los abundantes y suaves taninos y su frutosidad.